Recuerdo haber leído, en una encuesta, que la vivienda ocupa el primer puesto en el
ranking de las preocupaciones de los ciudadanos españoles. Es por
eso que nunca me había sentido tan española como antes de irme a
Francia, mientras busco locations y colocations por Internet.
Encontrar alojamiento me preocupa, pero me preocupan aún más los ataques de
los muebles. Porque todo el mundo sabe que la mordedura de armario es
letal, y que las camas, en cuanto te descuidas, intentan
estrangularte. Es por eso que no puedo más que celebrar la sensatez
que invade a la mayoría de los caseros franceses, que han decidido no
amueblar sus pisos para evitar percances. De noche, con la espalda
bien apoyada en el suelo y clavando la mirada en la límpida pared,
sus inquilinos se sentirán a salvo y podrán conciliar mucho mejor
el sueño.