(Viene de
http://pasloinpaspres.blogspot.fr/2012/10/el-muro.html, y conviene
leerlo antes para enterarse de algo.)
Lo hemos hecho. Hoy, a
las 12.00, nos hemos cargado el muro del comedor.
Hace unos días saqué
a colación el tema de la división de la Cantine a mi tutora del
lycée, que es especialmente sensata y agradable, y me dijo que no
pasaba nada si mi compañero de piso comía con los profesores porque
era un adulto. Sin ese salvoconducto, invisible pero presente (porque
mi tutora allí no no estaba), nunca me hubiese atrevido a hacer lo
que hicimos hoy. A través de una entrada triunfal, o más bien
deseando camuflarnos contra la pared, él, otra asistente de lenguas
del centro y yo nos personamos en la parte destinada a profesores con
nuestras respectivas bandejas, y nos sentamos a comer en la gran
mesa, que ya estaba medio ocupada.
La experiencia fue
especialmente interesante. No tuvieron desperdicio ni la reacción de
las profesoras ni la del alumno, aunque todas ellas están sumidas en
una gran ambigüedad. A decir de mi compañero de piso, algunas de
sus profesoras, que estaban allí, le miraron cuando entró y
pusieron cara de seta, sin pronunciar palabra. Otra, todos lo oímos,
le dirigió un comentario jovial que tal vez ocultase un reproche, o
tal vez no, puede que ni ella lo supiese. El juego de matices y de
posibles interpretaciones de la situación, en su totalidad, era
demasiado rico. Fue divertidísimo presenciarla y provocarla. Pero no
sé muy bien cómo leer qué es lo que ha pasado. Y, por si acaso, no
quiero repetirlo.
Como performance ha
estado bien. Creo que ha ayudado a mostrar que la división del
comedor no es una división de edad, sino una división de poderes.
Poco importa quiénes sean adultos o niños, si es el poder lo que se
gestiona. De hecho, se me está ocurriendo que para los niños puede
llegar a resultar muy fácil traspasar los muros de sus escuelas y
parvularios. Son alumnos del otro lado del tapiz, viendo los hilos
sueltos y los nudos. Esto no está al alcance de todos los niños,
claro, sino sólo de algunos pocos, privilegiados por su nacimiento.
Los hijos.