“Denme una docena de niños sanos y bien formados, y mi propio entorno específico para educarlos, y
yo les garantizo que puedo elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se
convierta en el tipo de especialista que yo escoja
-médico, abogado, artista, hombre de negocios y, sí, incluso mendigo o
ladrón- al margen de su talento, inclinaciones, tendencias, habilidades, vocaciones y raza de sus antepasados”
Watson, Watson, no disimule. Su maniobra de distracción es brillante, pero con algunos de nosotros no ha funcionado. Confiese ya, ¿qué va usted a hacer con los otros once niños?