sábado, 2 de agosto de 2014

Con carácter retroactivo

Parece que preparar oposiciones es una actividad que solo adquiere sentido retroactivamente, es decir, en caso de que se saque la plaza o se asegure una interinidad. En caso contrario, todos los días, meses o años que se han dedicado a su estudio se convertirán en tiempo muerto, desperdiciado, ofrendado a un dios inicuo que no escucha las plegarias. El pobre opositor verá como un pedazo de su vida se ha escurrido sin ganar dinero, sin vivir nuevas experiencias y, lo peor de todo, sin ni siquiera disfrutar.

La forma de escapar a este peligro es tener un plan B. Nadie debería vender su alma a unas oposiciones. Podría estar regalándola sin saberlo.